Cuando hablamos
de “valores morales”, es importante notar que éstos están frecuentemente
constituidos por hábitos establecidos en un grupo o sociedad y que deben
subordinarse a la valoración ética. Asimismo, la crisis y cambio de valores
morales no significa necesariamente una amenaza o un peligro, se puede ver como
algo saludable.
Al parecer en
nuestros días los valores morales fueron perdiendo presencia en nuestros actos,
poniéndolos en último lugar y reemplazados. Ahora existen las adicciones al
sexo, a la comida, al trabajo, al consumismo, a la televisión, a las
computadoras, a los juegos electrónicos y a la violencia, incluso dentro de la
familia.
Muchos rechazan los principios morales que
nuestros padres y la generación anterior nos inculcaron, por encontrarlos
"pasados de moda". La razón
principal es que la gente de hoy no ve la relación entre estos principios y la
realización de la persona humana. Esa generación se limitó a transmitir unos
principios pero sin establecer claramente su dimensión personal, su conexión
con la dignidad de la persona y sus demás valores. En otras palabras, la
educación moral quedó despersonalizada. No es que nuestros padres o educadores
conscientemente dejaran de mostrárnoslos. Lo que pasó fue que el contexto
social de la generación pasada era diferente. La sociedad de hace 40 años en
general gozaba de unas leyes, un entorno, un sistema educativo, en una palabra,
una cultura, que apoyaba la vida familiar y la moral básica. La objetividad de
los principios morales fundamentales no se cuestionaba, excepto en algunos
círculos académicos.
Pero vino la
famosa y convulsa década de los 60 y todo lo que antes "se cocinaba en la
penumbra", por decirlo de algún modo, pasó al frente de la cultura, de la
vida social. No sólo fueron los medios de comunicación y del entretenimiento
los que comenzaron a difundir el relativismo moral que vivimos hoy.
En la sociedad
actual, siempre estamos escuchando o haciendo comentarios como: "es que se
están perdiendo los valores", "existe una pérdida total de valores”.
Generalmente cuando realizamos comentarios sobre la pérdida de los valores,
estamos haciendo referencia a losvalores morales y sociales.
Cada ser humano
tiene distinta concepción y medida de valor, de acuerdo con sus parámetros y
necesidades, por lo que podríamos pensar que los valores morales son relativos.
Sin embargo, cuando mencionamos el término valor, siempre lo hacemos desde su
connotación positiva, siempre lo relacionamos con el lado bueno, perfecto,
valioso, Además es un término que no admite matices, por lo tanto se tiene o no se tiene valores
morales y sociales.
Valoración de las normas morales que rigen la
sociedad
Los valores morales surgen primordialmente en
el individuo por influjo y en el seno de la familia, y son valores como el
respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, el trabajo, la responsabildad,
etc.
Para que se dé esta transmisión de valores son
de vital importancia la calidad de las relaciones con las personas
significativas en su vida, sus padres, hermanos, parientes y posteriormente
amigos y maestros. Es además indispensable el modelo y ejemplo que estas
personas significativas muestren al niño, para que se dé una coherencia entre
lo que se dice y lo que se hace.
Además es de suma importancia la comunicación
de la familia. Cuando el niño ha alcanzado la edad escolar se hará participe de
esta comunicación abierta, en la toma de decisiones y en aportaciones sobre
asuntos familiares.
Posteriormente estos valores morales
adquiridos en el seno de la familia ayudarán a insertarnos eficaz y
fecundamente en la vida social. De este modo la familia contribuye a lanzar
personas valiosas para el bien de la sociedad.
Recordemos que
una persona valiosa, es una persona que posee valores interiores y que vive de
acuerdo a ellos. Un hombre vale entonces, lo que valen sus valores y la manera
en como los vive.}
Ya en el ámbito
social, la persona valiosa buscará ir más allá de "mi libertad",
"mi comodidad o bienestar" y se traducirán estos valores en
solidaridad, honestidad, libertad de otros, paz, etc.
La conciencia ética, moral y el
desarrollo humano
La conciencia moral y ética es la capacidad para sentir, juzgar, deliberar (argumentar) y actuar
conforme a valores morales de modo coherente, persistente y autónomo. La
conciencia moral y ética de nuestros jóvenes es el conjunto de principios,
criterios, normas y valores que dirigen nuestro comportamiento. ...
La conciencia moral implica un juicio o
imperativo moral que afirma una obligación o deber, que también prescribe un.
Desarrollo humano, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), es aquel que sitúa a las personas en el centro del desarrollo. Trata de
la promoción del desarrollo potencial de las personas, del aumento de sus
posibilidades, y del disfrute de la libertad para vivir la vida que valoran.
La Libertad
y el Libre albedrío
El libre albedrío es la potestad que el ser humano tiene de obrar
según considere y elija. Esto significa que las personas tienen
naturalmente libertad para tomar sus propias decisiones, sin estar sujetos a
presiones, necesidades o limitaciones, o a una predeterminación divina.
El libre
albedrío significa, en suma, que el ser humano tiene libertad tanto para hacer
el bien como para hacer el mal. Y esto, desde luego, tiene sus implicaciones
éticas y morales, pues el individuo que actúa según su libre albedrío es
también responsable de sus acciones, tanto si cuentan como aciertos o como sus
errores.
De allí que el
libre albedrío se extienda a otros ámbitos de la vida del ser humano, como la
religión, la filosofía o el derecho.
Libre albedrío en la Biblia
Según la Biblia,
Dios dio al hombre la facultad para obrar según desee, independientemente de si
sus decisiones son buenas o malas. En este sentido, abundan pasajes bíblicos
que apuntan a la libertad de los hombres para elegir el camino que han de
tomar: si el correcto, que es —desde el punto de vista de la doctrina
cristiana— el de Dios, o el incorrecto, que significa desviarse de Dios. De
allí esta afirmación hallada en Josué: “Escoged hoy vosotros a quien servir”
(XXIV: 15).
Libre albedrío en Filosofía
San Agustín de
Hipona sostenía que el libre el libre albedrío
supone la posibilidad que tiene el hombre de elegir entre el bien y el mal. En
este sentido, es un concepto aplicado a la libertad del ser humano para obrar
bien o mal. No obstante, él distingue que lo que se considera como libre
albedrío es el buen uso de esta libertad.
Por otro lado,
según el determinismo, toda conducta o elección humana tiene su
raíz en una causa, de modo que nuestras decisiones estarían determinadas
indefinidamente por todas las causas que las preexisten, lo cual
significaría que no hay elección posible y que el libre albedrío en realidad no
existe. No obstante, también existe la postura opuesta, esgrimida por los liberales,
quienes no reconocen la tesis de los deterministas y, por lo tanto, afirman que
el libre albedrío sí existe.
Fuentes bibliográficas
http://www.monografias.com/trabajos23/etica/etica.shtml
http://www.monografias.com/trabajos11/deope/deope.shtml
http://www.ejemplode.com/55-filosofia/3430-caracteristicas_de_la_etica.html
Esta muy buenos los contenidos el este blog se encuentra lo que verdaderamente se busca cuando hablemos de moral de una manera muy detallada que nos permite contextualizar mas lo que queremos aprender.
ResponderEliminarcayate pvto nerd de mierda :v
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